¿Es cierto que se tiene nueva evidencia del propósito del Universo y del ser humano a través de la información científica de la realidad, o será más bien que el azar y la casualidad son quienes tienen el control?

Nuevamente en nuestros días surge la efervescencia del debate del origen del hombre y lo que nos rodea, pero sin una razón teológica o filosófica de fondo como en los siglos precedentes, sino con un soporte de lo que la ciencia misma brinda como evidencias. No debemos dejar de mencionar que las dos mayores tendencias hasta ahora lo han sido por un lado la evolución y su visión atea de los orígenes, así como la creación y su visión teísta de estos hechos.
Propongo que no te prejuicies por ninguna de las posturas históricas, por lo menos en debate desde el siglo XIX; pero que te asomes a ver lo que menciona esta nueva tendencia basada en hechos científicos: definitivamente no se trata de una nueva fe, sino de evaluar si la evidencia actual hace o no referencia a un arquitecto universal y su diseño.

El creacionismo dice fundamentar su filosofía en la literalidad de la Biblia, desde una creación de 6 días, hasta un final apocalíptico de la humanidad. ¿Es esto razón suficiente para achacar todo lo creado a un creador?, evidentemente no desde el punto de vista científico actual, aunque no debiera de ser rechazado el trabajo serio de investigación que puede aportar esta tendencia, para posicionarse como una teoría científica.
El evolucionismo, integrado por la versión de los millones de años desde el famoso “Big-Bang” y el Darwinismo en su expresión de desarrollo de las especies de simples a complejas, son también teorías sin demostración, a las que sus adeptos “cuelgan las medallas” de que los cambios por casualidad y en millones de años, han literalmente creado al Universo y al hombre, sin la intervención de ningún ser superior.


Este movimiento del Diseño inteligente, es también inteligente y no busca combatir teorías evolucionistas o hasta causales, sino que trata de entender si estas también están contemplados en un plan inteligente. Tampoco se trata de una nueva fe para esta era científica, sino de buscar un significado en lo que nos rodea, que nos brinde sentido. El matemático británico Roger Penrose, tomando en cuenta las variables físicas intentó probar matemáticamente la respuesta a la pregunta: "¿Cuál es la posibilidad de que un universo que pasó a existir por casualidad produzca organismos vivientes?, la respuesta es asombrosa: menor que cero.
Lo difícil para este tema, tiene que ver con nuestras ideas preconcebidas: ¿surge todo de la nada o no existe la nada como tal?, ¿tiene el universo un origen o es eterno?, ¿es válido extrapolar las leyes de la vida a la materia inerte, se rige por las mismas? Es cierto que una teoría por eso tiene este estatus, porque no se ha podido probar, y las hay más descabelladas en todos los rincones de la ciencia.
¿Es válido tachar de pseudociencia al Diseño inteligente o de arrinconarlo como una creencia religiosa?, ¿Es mejor creer en la casualidad y los millones de años para explicarlo todo? Por lo menos se trata de explorar una teoría optimista sobre el propósito o causa final del Universo y del hombre, lo cual serían muy buenas noticias dentro del contexto actual, ¿o no?
Me parece que se trata de un debate honesto, digno de ponernos a pensar, en donde hay muchas mentes brillantes de nuestro tiempo trabajando; una manera de hacer filosofía de la ciencia sobre los hechos, y de llevar la ciencia a sus últimas y más profundas explicaciones. Hay muchos que rechazan a priori esta opción como científica, otros la tachan de religiosa y pocos se ponen a analizar sus implicaciones.

Es muy entendible que de haber un diseño inteligente, el diseñador ha dejado sus huellas no solo en la forma, sino también en la funcionalidad. Por eso el hombre se esfuerza cada vez más en tratar de tener robots antropomorfos y hasta en buscar imitar la inteligencia de forma artificial, llevando así la firma de su diseño a su propia "creación". Un plan así como el diseño inteligente, debiera estar avalado por su complejidad, por sus especificaciones y por la información que contiene todo lo que nos rodea en el Universo y en la vida misma, ¿no crees?
La teoría del diseño inteligente, recae en tres argumentos básicos:

2) La complejidad específica – Se refiere a los patrones específicos que se encuentran en los organismos, que requieren de contar con una guía, a manera de un orden de montaje para su diseño funcional óptimo. Esta complejidad no se ha logrado reproducir y no se piensa que provenga del azahar.
3) El principio antrópico – Establece que el universo está “finamente ajustado” para su funcionamiento y para hacer posible la vida en la tierra. La existencia y desarrollo de la vida requieren de muchas variables perfectamente armonizadas, de manera que suena imposible que todas estas variables llegaran a existir por la casualidad, pues requieren de coordinación desde su inicio.
Vale la pena recalcar que esta teoría del diseño inteligente NO es algo inventado por teólogos, y que tampoco busca identificar la fuente de inteligencia; se basa en el método científico al identificar un límite natural en el diseño de los procesos naturales. Es claro también que no puede haber dos teorías tan opuestas, como el origen al azar o el diseño inteligente, sin que una de ellas por lo menos sea fallida; o quizás en un extremo hacer fracasar a ambas aproximaciones. ¿Por qué no darle el beneficio de la duda y analizar sus evidencias, para ver si realmente se sustentan con nuestra actual ciencia?
REFERENCIAS:
Artigas, M. (1995). Un Universo de diseño. Madrid: Aceprensa. Recuperado el 23 de febrero de 2013 de: http://www.aceprensa.com/articles/un-universo-de-dise-o/
Davies, P. (1983). God and the New Physics. Londres: Dent.
Dembski, W. y Witt, J. (2010). Intelligent Design Uncensored. United States: InterVarsity Press.
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