sábado, 23 de febrero de 2013

¿Azar o diseño, en la vida y el Universo?

¿Es cierto que se tiene nueva evidencia del propósito del Universo y del ser humano a través de la información científica de la realidad, o será más bien que el azar y la casualidad son quienes tienen el control? 



Nuevamente en nuestros días surge la efervescencia del debate del origen del hombre y lo que nos rodea, pero sin una razón teológica o filosófica de fondo como en los siglos precedentes, sino con un soporte de lo que la ciencia misma brinda como evidencias. No debemos dejar de mencionar que las dos mayores tendencias hasta ahora lo han sido por un lado la evolución y su visión atea de los orígenes, así como la creación y su visión teísta de estos hechos. 



Propongo que no te prejuicies por ninguna de las posturas históricas, por lo menos en debate desde el siglo XIX; pero que te asomes a ver lo que menciona esta nueva tendencia basada en hechos científicos: definitivamente no se trata de una nueva fe, sino de evaluar si la evidencia actual hace o no referencia a un arquitecto universal y su diseño. 



Ante toda esa sustanciosa polémica de filosofías , este artículo pretende identificar las posturas de los principales participantes, puntualizando la atención que merecen los argumentos científicos de ambas partes en debate . Aún sin evaluar dichas alternativas, todos tenemos una postura previa, como si hablásemos de la mitología de nuestros tiempos.



El creacionismo  dice fundamentar su filosofía en la literalidad de la Biblia, desde una creación de 6 días, hasta un final apocalíptico de la humanidad. ¿Es esto razón suficiente para achacar todo lo creado a un creador?, evidentemente no desde el punto de vista científico actual, aunque no debiera de ser rechazado el trabajo serio de investigación que puede aportar esta tendencia, para posicionarse como una teoría científica. 



El evolucionismo, integrado por la versión de los millones de años desde el famoso “Big-Bang” y el Darwinismo en su expresión de desarrollo de las especies de simples a complejas, son también teorías sin demostración, a las que sus adeptos “cuelgan las medallas” de que los cambios por casualidad y en millones de años, han literalmente creado al Universo y al hombre, sin la intervención de ningún ser superior. 



La teoría del Diseño inteligente, surge con base a datos actuales de la ciencia y las matemáticas, permitiendo suponer que el origen de nuestra realidad es una inteligencia o diseñador, que se refleja en la inteligencia y consciencia misma del hombre. Muy similar a lo que vemos en cuanto a la intervención de la actividad del hombre en el planeta: la industria, los autos y hasta las naves espaciales, que han sido diseñados inteligentemente por el hombre. 



Sin duda hay orden en el Universo, pues no vemos un caos, ni en su funcionamiento ni en su diseño mismo. ¿Porqué la Tierra está a la mejor distancia posible del sol para posibilitar la vida?, ¿Crees que los cinturones de Van Allen son un escudo protector de radiación surgido al azar?, ¿por qué la naturaleza es tan predecible que hemos podido extraer sus leyes y principios generales sin que estos cambien?, ¿es posible tener tantos ciclos en la bioquímica y en el planeta originados todos por el caos? Desde las partículas subatómicas, hasta el espacio profundo, este movimiento del Diseño Inteligente parece estar encontrando mucha evidencia que hasta ahora roza tan solo con los límites de la imaginación. 



Este movimiento del Diseño inteligente, es también inteligente y no busca combatir teorías evolucionistas o hasta causales, sino que trata de entender si estas también están contemplados en un plan inteligente. Tampoco se trata de una nueva fe para esta era científica, sino de buscar un significado en lo que nos rodea, que nos brinde sentido. El matemático británico Roger Penrose, tomando en cuenta las variables físicas intentó probar matemáticamente la respuesta a la pregunta: "¿Cuál es la posibilidad de que un universo que pasó a existir por casualidad produzca organismos vivientes?, la respuesta es asombrosa: menor que cero. 



Lo difícil para este tema, tiene que ver con nuestras ideas preconcebidas: ¿surge todo de la nada o no existe la nada como tal?, ¿tiene el universo un origen o es eterno?, ¿es válido extrapolar las leyes de la vida a la materia inerte, se rige por las mismas? Es cierto que una teoría por eso tiene este estatus, porque no se ha podido probar, y las hay más descabelladas en todos los rincones de la ciencia. 



¿Es válido tachar de pseudociencia al Diseño inteligente o de arrinconarlo como una creencia religiosa?, ¿Es mejor creer en la casualidad y los millones de años para explicarlo todo? Por lo menos se trata de explorar una teoría optimista sobre el propósito o causa final del Universo y del hombre, lo cual serían muy buenas noticias dentro del contexto actual, ¿o no? 



Me parece que se trata de un debate honesto, digno de ponernos a pensar, en donde hay muchas mentes brillantes de nuestro tiempo trabajando; una manera de hacer filosofía de la ciencia sobre los hechos, y de llevar la ciencia a sus últimas y más profundas explicaciones. Hay muchos que rechazan a priori esta opción como científica, otros la tachan de religiosa y pocos se ponen a analizar sus implicaciones. 



Definitivamente el Diseño inteligente no es “el nuevo disfraz” del viejo creacionismo, sino que ahora la ciencia está en el papel del mítico Damastes (apodado Procusto, que significa “el estirador”) que según la mitología griega ofrecía posada a los viajeros solitarios, y una vez dormidos si eran altos les cortaba los pies o piernas si sobresalían, o los descoyuntaba hasta adaptarlos, si eran chaparros. Desde luego que siempre morían en ese intento de “estandarizarlos” al tamaño de la cama. 



Es muy entendible que de haber un diseño inteligente, el diseñador ha dejado sus huellas no solo en la forma, sino también en la funcionalidad. Por eso el hombre se esfuerza cada vez más en tratar de tener robots antropomorfos y hasta en buscar imitar la inteligencia de forma artificial, llevando así la firma de su diseño a su propia "creación". Un plan así como el diseño inteligente, debiera estar avalado por su complejidad, por sus especificaciones y por la información que contiene todo lo que nos rodea en el Universo y en la vida misma, ¿no crees?



La teoría del diseño inteligente, recae en tres argumentos básicos: 



1) La complejidad irreducible – Se refiere a los diseños naturales integrados por varios componentes para su funcionamiento básico efectivo, en donde la eliminación o carencia de cualquiera de sus componentes hace que el sistema deje de funcionar. En este sentido es imposible que un sistema como el organismo humano haya evolucionado y se haya ensamblado de sus partes, pues no pudiera operar sin estar completo. 



2) La complejidad específica – Se refiere a los patrones específicos que se encuentran en los organismos, que requieren de contar con una guía, a manera de un orden de montaje para su diseño funcional óptimo. Esta complejidad no se ha logrado reproducir y no se piensa que provenga del azahar. 



3) El principio antrópico – Establece que el universo está “finamente ajustado” para su funcionamiento y para hacer posible la vida en la tierra. La existencia y desarrollo de la vida requieren de muchas variables perfectamente armonizadas, de manera que suena imposible que todas estas variables llegaran a existir por la casualidad, pues requieren de coordinación desde su inicio. 



Vale la pena recalcar que esta teoría del diseño inteligente NO es algo inventado por teólogos, y que tampoco busca identificar la fuente de inteligencia; se basa en el método científico al identificar un límite natural en el diseño de los procesos naturales. Es claro también que no puede haber dos teorías tan opuestas, como el origen al azar o el diseño inteligente, sin que una de ellas por lo menos sea fallida; o quizás en un extremo hacer fracasar a ambas aproximaciones. ¿Por qué no darle el beneficio de la duda y analizar sus evidencias, para ver si realmente se sustentan con nuestra actual ciencia? 



REFERENCIAS: 

Artigas, M. (1995). Un Universo de diseño. Madrid: Aceprensa. Recuperado el 23 de febrero de 2013 de: http://www.aceprensa.com/articles/un-universo-de-dise-o/

Davies, P. (1983). God and the New Physics. Londres: Dent.

Dembski, W. y Witt, J. (2010). Intelligent Design Uncensored. United States: InterVarsity Press. 



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